Pasé de ser una niña correcta a una adolescente complicada a los 14, 15 años. Me enamoré de un chico que salía con las más lindas del colegio. Necesitaba llamar su atención: emborracharme en las plazas del pueblo, fumar porro detrás de la iglesia y ranchear en el café con amigas en vez de encerrarme en clase.
Desesperada, mi mamá se puso muy estricta conmigo. Para salir, le decía que iba a dormir en lo de una amiga. Al día siguiente, preguntaba qué habíamos hecho. "Miramos una película", le contestaba yo. "¿Qué película?", insistía ella. No miraba nada, contestaba siempre lo mismo: "The Spanish Apartment" de Cédric Klapish, y ella sabía que estaba mintiendo.
El chico fue mi primer novio, mi primer amor. El segundo fue el cine. Hoy me desarrollo en la industria, estudié la carrera y vi muchas pelis. A veces me escapo dentro de mi cabeza, vuelvo a los 14, 15 años. Me tiro la data de directores para comentarle a mamá y mejorar nuestra relación. Abrazo mi yo del pasado y le digo: "Va a estar todo bien".
Publicado en la edición #48 de la Revista Dislexia, temática "Historias Aleatorias", Dic. 2021.
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